El cortisol es una hormona clave en el cuerpo humano y controla nuestra respuesta al estrés, pero es muy común que no sepamos reconocerla.
Entonces, a ver si esto te parece conocido: Se altera tu fisiología sin moverte de un sitio, porque pensaste en algo que te preocupa, entonces cómo lo manifiestas: Pulso acelerado, incrementa tu temperatura corporal, e incluso comienzas a sudar. Entonces estás en alerta, y esto es chévere si estás cruzando una calle y no viste que se acercaba un vehículo o una moto, porque reaccionarás esquivando.
Pero el problema llega cuando hay una preocupación permanente que te mantiene alerta, con una idea constante dando vueltas una y otra vez, pensando tal vez en problemas del futuro que aun no han pasado; y con una alta probabilidad no ocurrirán
Ese estrés es crónico y puede producir muchos problemas de salud, como los que se pueden dar a nivel digestivo: colon irritable, úlcera, alteraciones menstruales…
Es el tema de una inmensa fascinación, discusión y confusión dentro de la industria del fitness y la nutrición.
Es una hormona esteroide producida por las glándulas suprarrenales ubicadas en la parte superior de los riñones.
Está vagamente relacionada con nuestro ritmo circadiano, pero factores estresantes externos como el ejercicio, el ayuno, la vigilia, el trabajo y el estrés en las relaciones también hacen que liberemos cortisol.
Cuando quieres correr rápido, levantar objetos pesados, volar o huir, el cortisol alto es algo bueno.
El cortisol es la hormona del estrés. El organismo produce una mayor cantidad de cortisol cuando se enfrenta a una situación de amenaza. Esta hormona hace que el cerebro se ponga en alerta y que el cuerpo se prepare de manera debida para el ataque o la huida. Por eso, en principio, es una sustancia que ayuda a la supervivencia.
Aprender a diferenciar los dos grandes tipos de estrés, es sin duda la mejor clave para conocerlo.
La tensión necesaria para la realización de las actividades diarias y mantenernos en un estado vital, es lo que conocemos como estrés positivo o eustrés.
Sin embargo, cuando se supera el umbral que cada persona tiene -depende de factores genéticos y personales-, cronificado en el tiempo, provoca efectos perjudiciales poniendo en riesgo a todos los sistemas del organismo, es lo que llamamos estrés negativo o distrés.
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Un elevado nivel de cortisol crónico afecta a todos los sistemas del organismo, alterando los órganos de los mismos.
En el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas. O sea, que dependiendo de los niveles de cortisol es como tu cuerpo maneja el uso de todo lo que comes.
Regula los niveles de inflamación en tu cuerpo. pero además:
Un exceso de cortisol puede alterar todas las funciones anteriores. Cuando el estrés se convierte en crónico, los niveles de cortisol se mantienen siempre altos, lo que equivale a decir que nuestro cuerpo está en un estado de lucha o pelea interna y todos los sistemas, indispensables para la supervivencia, no funcionan como deberían.
Las pruebas de cortisol son muy sencillas y se indican cuando el paciente presenta síntomas relacionados al síndrome de Cushing o la enfermedad de Addison.