Concreto y verde, fundada por Mariela Olivero, es una empresa que ofrece pequeñas macetas personalizadas. ¡Descubre su historia!
La tierra ofrenda las plantas y la señora Mariela Olivero, con sus manos, da forma y color a las pequeñas macetas de Concreto y Verde. Esta multifacética mujer oriunda de Upata, estado Bolívar, hoy vive en Caracas y deleita a muchos con sus coloridas creaciones.
Ella define a su negocio con 2 palabras: vida y alegría. ¿Quieres saber por qué? Te contamos en esta inspiradora entrevista a Mariela, la emprendedora detrás de las macetas.
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Concreto y Verde fue una idea que nació cuando llegó a la ciudad de Caracas. “Tengo 3 años y medio aquí. Siempre he hecho muchas cosas, manualidades, cocina, comercio. Vengo de Upata, estado Bolívar, un pueblo súper lindo, vengo de tener un patio y cultivar plantas en mi casa a estar en un espacio más reducido”, relata la señora Mariela Olivero.
Su mente comenzó a volar y se preguntó qué podía brindar a la gente que vive en edificios y que pudiera hacerlo en su casa. Después de meditarlo, se dijo: “Les voy a ofrecer unas maceticas de cemento, que son pequeñas. También quería ofrecer verde, porque es lo que da vida. La combinación perfecta para mí es concreto y verde”.
Las maceticas que hoy resguardan cactus o suculentas, no siempre vieron la luz tan lindas como las que descansan en la sala del hogar de la señora Mariela. “La primera vez que las hice se me rompieron todas, pero después me salieron unos lindos. Ahora los personalizo y los decoro”, nos cuenta sosteniendo en sus manos una macetica que perdió un borde, como prueba de que la persistencia es su mejor cualidad.
La señora Mariela ha incursionado en diversos oficios. Artesanías, cocina, comercio…siempre enfocada en salir adelante, en pro del bienestar de los suyos. En tiempos de dificultades ha afrontado sus circunstancias, llena de disposición por aprender y salir victoriosa.
“La vida te da muchas sorpresas. Creo que cada vez que tuve una crisis me dije: ʽMariela, no te puedes rendirʼ. Y me pregunté muchas veces: ʽ¿Qué sabes hacer?ʼ”, afirma
Como millones de latinoamericanos, su esposo y ella quedaron desempleados y tuvieron que “resolver”. Fue así como Mariela comenzó a trabajar en un colegio, con la tarea de cocinar; y como la vida da vueltas, fue justo en ese centro educativo conoció a un profesor de artística que la ayudó a potenciar su talento para la pintura.
“Con él tuve un tutor. Me enseñó a trabajar la luz y la profundidad. Sus recomendaciones las puse en práctica. De hecho, hicimos una feria en la escuela y vendimos todo”, precisa con la sonrisa de quién se sabe orgulloso de su trabajo.
La relación de esta emprendedora venezolana con la pintura tiene una dinámica particular, según ella misma relata: “Pintar para mí es algo natural y es mi amor tóxico: lo abandono y vuelvo a él. Así ha sido en muchas épocas de mi vida, sobre todo en las de crisis. Cada vez que paso por una me digo: ʽMariela, retoma los pincelesʼ”.
Ella acude a sus fieles compañeros y activa su creatividad. “Cuando hay crisis y tienes hijos, hay que echar para adelante. Recuerdo una navidad en la que teníamos muy pocas cosas. Hice unos imanes para la nevera. Vestí a los niños bien lindos y los mandé a ofrecerlos. ¡Los vendieron todos! Ellos se unieron a la economía familiar. Fue así como pudimos comprar un pan de jamón y unas hallaquitas”, relata.
¿Esta anécdota que nos enseña? “En los momentos de crisis tenemos que ser ingeniosos, no deprimirnos. Hay que salir adelante e involucrar a los miembros de la familia. Mis hijos fueron grandes vendedores. Hay que unirnos y darle la vuelta”.
En base a su experiencia, la señora Mariela le recomienda a los emprendedores no dejarse amilanar por los miedos. “No te rindas, prueba: ¿vas a fracasar? Sí, a lo mejor sí. Yo fracasé en muchos, pero vuélvelo a intentar. Hay que hacerlo con constancia, alegría y pasión. Busca qué te haga feliz a ti primero y después al resto”, afirma la emprendedora.
Además, te invita a mantener la mente abierta y considera que “no necesitas grandes cosas, solo tu ímpetu para que todo fluya”. “Yo estoy convencida que Dios nos dio valor agregado a todos, entonces descúbrelo. Hay que salir adelante, pasarte el chip y retomar la vida”.