Los alimentos ultraprocesados están por todas partes y resultan difíciles de esquivar en nuestro día en día. No hay manera de defenderlos, son una mezcla bestial de todo lo que no necesita nuestro cuerpo.
Los estudios han descubierto que pueden aumentar nuestro riesgo de obesidad, problemas cardíacos y circulatorios, diabetes y cáncer. Incluso pueden acortar nuestra vida.
Ahora, un nuevo estudio reveló que comer más alimentos ultraprocesados puede contribuir al deterioro cognitivo general, incluidas las áreas del cerebro implicadas en el funcionamiento ejecutivo, es decir, la capacidad de procesar información y tomar decisiones.
“Aunque hay que seguir estudiando y reproduciendo los resultados, éstos son muy convincentes y subrayan el papel fundamental de una nutrición adecuada para preservar y promover la salud del cerebro y reducir el riesgo de enfermedades cerebrales a medida que envejecemos”; dijo Rudy Tanzi, profesor de neurología de la Facultad de Medicina de Harvard y director de la unidad de investigación sobre genética y envejecimiento del Hospital General de Massachusetts, en Boston que no participó en el estudio.
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Los ultraprocesados insanos se identifican porque normalmente tienen más de cinco ingredientes, y en la lista aparecen azúcares, harinas, aceites, aditivos y sal. Cuando todos estos ingredientes están combinados es la peor situación”, explicaba en RAC1.cat Carlos Ríos, dietista nutricionista y autor de Come comida real (Paidós), creador y divulgador del movimiento #RealFooding.
Verduras, hortalizas, frutas frescas, legumbres, pescado fresco, frutos secos, tubérculos, huevos, carnes sin procesar, cereales integrales, leche fresca, café, infusiones, especias, hierbas…
Aceite de oliva, leche, yogures y lácteos fermentados, gazpacho envasado, pescado enlatado, chocolate negro, cacao en polvo, legumbres de bote, bebidas vegetales sin azúcares añadidos, frutas y verduras congeladas…
Refrescos y bebidas azucaradas, bebidas energéticas, carnes procesadas, pizzas industriales, galletas y derivados, salsas comerciales, bollería, precocinados listos para calentar o freír, pescados procesados…
Muchos de los ingredientes utilizados en la mayor parte de los alimentos ultraprocesados son aditivos como:
A menudo, se les da mayor volumen con aire o agua y se les pueden agregar micronutrientes sintéticos para “fortificarlos”.
Algunos ejemplos de estos alimentos pueden ser: papas fritas de paquete, snacks dulces o salados, helados, chocolates y caramelos, productos panificados y panes industriales, galletitas, cereales endulzados para el desayuno, bebidas gaseosas o energizantes, bebidas azucaradas a base de leche, formitas de papa u otros vegetales, bocadillos de pollo congelados, pizzas y empanadas congeladas, entre otros.
¿Qué opinas, lo pensarás antes de comerte esas ricas papas fritas?
Con información de La Vanguardia